El Centro de Educación Ambiental “El Tomillar”, que engloba las instalaciones de “InsectPark” y el “Museo de la Microfauna”, está situado al noroeste de la Comunidad de Madrid en un lugar privilegiado a las puertas del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, al pie del Monte Abantos en medio de un pinar protegido con amplios aparcamientos convertido en Area Recreativa con fuente de agua potable y zona acondicionada para picnic, donde descubrir, contemplar y aprender los secretos mejor guardados de la extraordinaria fauna, pequeña pero espectacular, que vive en los diferentes ecosistemas mejor conservados del territorio.
Desde su perfecta ubicación puede accederse a las rutas que recorren las laderas del Monte Abantos y a las que llegan al Bosque de la Herrería, ambos espacios con valores naturales destacables que a continuación señalamos.
EL MONTE ABANTOS
Situación e historia:
Es un macizo montañoso de gneis y granito de un contorno suave que alcanza los 1.753 metros de altitud y uno de los que mejor se ven y diferencian de la Sierra de Guadarrama. Casi toda la totalidad de sus laderas están cubiertas por pinares, algunos de ellos de repoblación. En su ladera oeste está el puerto de Malagón. La vertiente norte la ocupa el valle de Cuelgamuros. donde se ubica la famosa Cruz de los Caídos.
El Monte Abantos toma su nombre del abanto, término que identifica al alimoche y buitre, que en esta parte de la sierra se podían observar con facilidad. En tiempos del rey Felipe II, el lugar era también conocido como «Buen Monte del Oso”, debido a la abundancia de especies de caza mayor.
La inmensa mayoría de los árboles con los que se contó para llevar a cabo la reforestación fueron los pinos, que llegan hasta la cumbre, en particular el pino silvestre o de Valsaín, (Pinus sylvestris), fácil de reconocer por el color anaranjado de sus ramas y su corteza. Los viejos ejemplares expuestos al viento y al frío presentan un porte de «abanderados», es decir, todas las ramas a un lado, lo que demuestra la resistencia de estos árboles y su capacidad de adaptación a los vientos y el frío. Otras especies plantadas y que ahora pueden verse son el cedro (Cedrus deodara), el falso plátano (Acer pseudoplatanus), el abedul (Betula pendula), el álamo temblón (Populus tremula), el castaño (Castanea sativa) y el olmo (Ulmus minor).
La parte más alta está poblada por retama que deja abiertos grandes rodales de pradera de montaña. El límite inferior del pinar, entre los 800 y 1.050 metros, lo conforman en pequeñas zonas bosques mixtos de pinos y melojos, con toda la flora asociada a los mismos: jaras (Cistus ladanifer, Cistus laurifolius), cantueso (Lavandula stoechas), dedalera (Digitalis thapsi), etc.
El 21 de agosto de 1999 su ladera este sufrió un devastador incendio forestal provocado intencionadamente. Se calcinaron 450 hectáreas de bosque de pino silvestre y resinero, además de destrozarse los hábitats de muchos animales silvestres.
Se encuentra protegido por la Comunidad de Madrid, mediante su inclusión dentro del Paraje Pintoresco del Pinar de Abantos y Zona de La Herrería. También forma parte del Territorio Histórico de «El Escorial: Monasterio, Sitio y Entorno Natural y Cultural», declarado Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid, mediante decreto 52/2006.
EL BOSQUE DE LA HERRERIA:
El bosque de la Herrería está compuesto por dos zonas diferenciadas: la zona baja con vaguadas, donde domina principalmente la fresneda o dehesa mixta de fresnos (Fraxinus angustifolia) y robles, y la zona superior, más densa, de roble melojo o rebollo (Quercus pyrenaica).
Los pastizales están a menudo salpicados de arbustos como el rosal silvestre o escaramujo (Rosa canina), la zarzamora (Rubus ulmifolius) de todos conocida por sus frutos: las moras. El endrino (Prunus spinosa), conocido por el licor que se produce con sus frutos: el pacharán. También abundan el saúco (Sambucus nigra), el cornejo (Cornus sanguinea), etc.
En el Melojar destaca por su abundancia la hiedra (Hedera helix), enredadera que asciende por los troncos de los robles hasta llegar incluso a asfixiarles. La retama blanca o escoba (Genista florida) y la retama negra o escobón (Cytisus scoparius) que se encargan de sujetar la tierra evitando fuertes erosiones. Este bosque nos ofrece también zonas con cerezos silvestres (Prunus avium), la madreselva (Lonicera etrusca), el aligustre (Ligustrum vulgare), el majuelo (Crataegus monogyna) y multitud de herbáceas como el cantueso (Lavandula stoechas), el tomillo (Thymus mastichina), la varilla de San José (Asphodelus albus) y la peonía (Paeonia broteroi)
La protección de que ha gozado este paraje desde antaño, por ser propiedad real, ha posibilitado su buen estado de conservación. Ahora se encuentra incluido dentro del Paraje Pintoresco del Pinar de Abantos y Zona de La Herrería.